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¿Por un voto de no confianza?

Cuando la elección de ministros se enturbia

“Este nuevo Gabinete no tendrá mi voto aprobatorio, y seguro que diversas bancadas coincidirán con mi decisión. Han maltratado a un gobernante regional exitoso (César Villanueva), que tuvo el apoyo de casi todas las fuerzas políticas. Si el presidente Ollanta Humala no quería, le hubiera dado una semana para que salga por la puerta grande, pero lo han pateado”

Yehude Simon

Publicado: 2014-03-02

La máxima investidura del Poder Ejecutivo, despues de la Presidencia de la República, es la de Ministro de Estado y la Presidencia de su Consejo, sin embargo, la abrupta salida de Villanueva ha puesto en agenda sobre las formas de elección y el trato de respeto que debe existir entre el gobierno y los profesionales que asumen responsabilidades ministeriales.

Mucho se discute sobre lo primero, desde la inconstitucionalidad de la misma hasta su informalidad, pero muy poco sobre lo segundo, la cual me parece también relevante.

En los últimos días se aprobó un aumento de sueldos a los Ministros con el argumento de atraer a los mejores profesionales, pero al final se quedaron los mismos con algunos pocos cambios. Aparte de ello, al constatar la forma descortés en que fue separado Cesar Villanueva del premiarato, ¿algún buen profesional asumiría un cargo para ser tratado de tan mala manera?

Y es que para el verdadero profesional lo pecuniario es sólo un elemento a considerar. Junto con ello, es sumamente relevante el ambiente de trabajo que permita desarrollar todas las potencialidades del cargo, fundamental para el cumplimiento de las tareas y objetivos asumidos. Siendo así, con lo sucedido a Villanueva se recudrece la incertidumbre sobre el "perfil profesional" que realmente desea el gobierno.

Tolerar que este tipo de actitudes se sigan repitiendo no sólo alejará aun mas a los mejores profesionales de las labores de la gestión pública sino que perjudicará lo avanzado en la actual gestión, puesto que los últimos meses de un gobierno se requieren de ministros que se identifiquen con sus labores, sean tenaces con los objetivos y no cedan al cambio de bando en la coyuntura electoral que se viene.

Por ello, lejos de tomar una postura política sobre el tema, el Congreso debería reflexionar sobre el voto de confianza al nuevo gabinete, asumir el respeto al cargo ministerial, salvaguardar la institucionalidad constitucional y promover que estos cargos sean asumidos por verdaderos profesionales, tanto técnicos y políticos, que le otorgen nuevos brillos a la política nacional tan venida a menos.


Escrito por

Carlos Zafra Flores

Amante de la dialéctica


Publicado en

Ágape Dialéctico

Reflexiones desde un enfoque ético y dialéctico